13 diciembre 2009

Gervasio Sánchez

Hoy no voy a colgar fotografías bonitas, amables o graciosas.

Hoy voy a mostrar instantáneas duras, tristes, desgarradoras.

Su autor: Gervasio Sánchez.



Hace tiempo que quería hablar de él. Periódista y fotógrafo nacido en Córdoba. Actualmente reside en mi ciudad. Con su trabajo nos ha acercado a los horrores que provocamos los seres humanos con las guerras. Ha recibido numerosos premios a lo largo de su carrera. Desde mejor Periodista del Año hasta Premio Nacional de Fotografía.

Un hombre valiente por ser capaz de introducirse en mitad de un conflicto armado pero, sobre todo, valiente por decir las cosas como las piensa.

He aquí su discurso al recoger el Premio Ortega y Gasset el año pasado:

Estimados miembros del jurado, señoras y señores:

Es para mí un gran honor recibir el Premio Ortega y Gasset de Fotografía convocado por El País, diario donde publiqué mis fotos iniciáticas de América Latina en la década de los ochenta y mis mejores trabajos realizados en diferentes conflictos del mundo durante la década de los noventa, muy especialmente las fotografías que tomé durante el cerco de Sarajevo. ….

Quiero dar las gracias a los responsables de Heraldo de Aragón, del Magazine de La Vanguardia y la Cadena Ser por respetar siempre mi trabajo como periodista y permitir que los protagonistas de mis historias, tantas veces seres humanos extraviados en los desaguaderos de la historia, tengan un espacio donde llorar y gritar.

No quiero olvidar a las organizaciones humanitarias Intermon Oxfam, Manos Unidas y Médicos Sin Fronteras, la compañía DKV SEGUROS y a mi editor Leopoldo Blume por apoyarme sin fisuras en los últimos doce años y permitir que el proyecto Vidas Minadas al que pertenece la fotografía premiada tenga vida propia y un largo recorrido que puede durar décadas.

Señoras y señores, aunque sólo tengo un hijo natural, Diego Sánchez, puedo decir que como Martín Luther King, el gran soñador afroamericano asesinado hace 40 años, también tengo otros cuatro hijos víctimas de las minas antipersonas: la mozambiqueña Sofia Elface Fumo, a la que ustedes han conocido junto a su hija Alia en la imagen premiada, que concentra todo el dolor de las víctimas, pero también la belleza de la vida y, sobre todo, la incansable lucha por la supervivencia y la dignidad de las víctimas, el camboyano Sokheurm Man, el bosnio Adis Smajic y la pequeña colombiana Mónica Paola Ojeda, que se quedó ciega tras ser víctima de una explosión a los ocho años.

Sí, son mis cuatro hijos adoptivos a los que he visto al borde de la muerte, he visto llorar, gritar de dolor, crecer, enamorarse, tener hijos, llegar a la universidad. Les aseguro que no hay nada más bello en el mundo que ver a una víctima de la guerra perseguir la felicidad.

Es verdad que la guerra funde nuestras mentes y nos roba los sueños, como se dice en la película Cuentos de la luna pálida de Kenji Mizoguchi.

Es verdad que las armas que circulan por los campos de batalla suelen fabricarse en países desarrollados como el nuestro, que fue un gran exportador de minas en el pasado y que hoy dedica muy poco esfuerzo a la ayuda a las víctimas de la minas y al desminado.

Es verdad que todos los gobiernos españoles desde el inicio de la transición encabezados por los presidentes Adolfo Suarez, Leopoldo Calvo Sotelo, Felipe González, José María Aznar y José Luis Rodríguez Zapatero permitieron y permiten las ventas de armas españolas a países con conflictos internos o guerras abiertas.

Es verdad que en la anterior legislatura se ha duplicado la venta de armas españolas al mismo tiempo que el presidente incidía en su mensaje contra la guerra y que hoy fabriquemos cuatro tipos distintos de bombas de racimo cuyo comportamiento en el terreno es similar al de las minas antipersonas.

Es verdad que me siento escandalizado cada vez que me topo con armas españolas en los olvidados campos de batalla del tercer mundo y que me avergüenzo de mis representantes políticos.

Pero como Martin Luther King me quiero negar a creer que el banco de la justicia está en quiebra, y como él, yo también tengo un sueño: que, por fin, un presidente de un gobierno español tenga las agallas suficientes para poner fin al silencioso mercadeo de armas que convierte a nuestro país, nos guste o no, en un exportador de la muerte.

Muchas gracias.

Para saber más:
Proyecto Vidas Minadas

Blog de Gervasio Sánchez

13 comentarios:

Como te lo digo dijo...

Hola guapa!

Que impactantes fotos... lo horrible es que dudo que se acabe con el mercado armamentístico. Es algo que mueve demasiado dinero.

Es así de asqueroso el mundo.

Un abrazo

Deray dijo...

Hola guapa, necesito tu correo me lo darias, si es asi mandamelo al mio no lo pongas en comentarios. Gracias un beso grande

TORO SALVAJE dijo...

Mi aplauso y admiración para él.

Besos.

Belén dijo...

La verdad es que siempre es polémico el trabajo del reportero gráfico, pero los de este hombre siempre son movidos por la humanidad...

Besicos

BACCD dijo...

Fantásticas las fotos y fantástico el discurso. Pero no hay que engañarse: los presidentes no son nadie. No son los que deciden. A ellos no los votamos, aunque eso no nos lo dicen. Nunca habrá un presidente que termine con esto. Si aparece, está sentenciado.

Gabiprog dijo...

Conocía su trabajo, pero no este texto. Gracias!!

:)

Pandora dijo...

Hola Como te lo digo.
Sí, mueve demasiado dinero, ahí está el problema.
Un beso guapa.

Luciérnaga: Tienes un e-mail :-)
Besotes.

Tienes razón, Toro.
Es digno de admirar.
Un beso.

Afortunadamente Belén, a algunos les mueve la humanidad, como tú bien dices.
Un beso guapísima.

Cuánta razón tienes Dusch, estaría sentenciado, como todos los que han intentado hacer algo...
Va a ser verdad lo que dicen y esta humanidad tendrá que terminar para que nazca otra nueva.
Triste que para que unos vivamos bien otros tengan que sufrir. Que al primer mundo le convenga que siga habiendo tercer mundo.

Hola Gabiprog. Más que las fotografías lo que me gustó fue su discurso, que como bien dice Dusch, un presidente no podría acabar con esto. Pero el tener la valentía de decir lo que piensa, en esta sociedad en el que estamos aborregados, ya es algo digno de admirar.
Un abrazo.

Betty dijo...

los horrores de la guerra
las pobres víctimas de guerras estúpidas, Dios!!

Julieta Gallardo dijo...

muy lindo blog ♥, me seguis? :)

Girlie dijo...

Conocía el trabajo de este hombre. No sabía que viviera aquí, y tampoco conocía este discurso.

Me parece admirable su trabajo y tras leer lo que dijo, él también.

Gracias guapa.

Un besazo.

Apolonia dijo...

Menos mal que todavía queda gente con la suficiente sensibilidad como para tratar estos temas e impedir que nos volvamos impermeables a ellos...

Un beso bruji!!

Anónima dijo...

Jo, Pandora, admiro a Gervasio Sánchez desde hace años.
Uno de mis puntos débiles.
Una persona de referencia.
Gracias por recórdarmelo, hace meses que no entro en su blog:
http://www.heraldo.es/blogs/gervasiosanchez/

un abrazo de los fuertes

Pandora dijo...

Es para admirarle, la verdad.

Y gracias por poner el enlace a su blog. Lo voy a añadir a la entrada!
Gracias.

Un besote.