Cada persona, en su existencia,
puede tener dos actitudes:
Construir o Plantar.
Los constructores pueden demorar años en sus tareas,
pero un día terminan aquello que estaban haciendo.
Entonces se paran y quedan limitados por sus propias paredes.
La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan.
Éstos a veces sufren con las tempestades,
las estaciones y raramente descansan.
Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer.
Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero,
puede tener dos actitudes:
Construir o Plantar.
Los constructores pueden demorar años en sus tareas,
pero un día terminan aquello que estaban haciendo.
Entonces se paran y quedan limitados por sus propias paredes.
La vida pierde el sentido cuando la construcción acaba.
Pero existen los que plantan.
Éstos a veces sufren con las tempestades,
las estaciones y raramente descansan.
Pero al contrario que un edificio, el jardín jamás para de crecer.
Y, al mismo tiempo que exige la atención del jardinero,
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